Los primeros

Por Jorge E. Clemente
Poema perteneciente al libro La tentación de la luz (Editorial Metáfora, 1999)

Nadie nos alertó. Nunca supimos
que desde el horizonte invisible de la noche
                                    /nos asechaba la muerte.
Que había venido desde el antes,
desgarrando el tiempo hasta alcanzarnos.

 

Nos dejamos morir como las cosas,
porque fuimos los primeros.
Sin asombro siquiera,
porque todo nos era extraño.
Sin temor;
como dormidos.

 

Porque después de tantos otros,
fuimos nosotros los primeros
en ver al río recordándose en la lluvia,
en sentir que el día se nos dormía en la piel,
en ser más solos.
Dios aún no aparecía.

 

Y nada sabíamos entonces,
que no fuera buscar, por instinto, con las manos,
el secreto nombre de las cosas.

 

Cómo nos duele hoy ese destino
de haber sido sólo para que otros fueran,
sin lograr recordar más que el ahora
ni poder esperar sino el pasado.
De haber dado principio a la memoria,
y de haber sido olvidados.

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