Alejandra Pizarnik

(Tercer homenaje)
Rubén Vela

1

¿Te acordás, Alejandra, cuando el adagio de Albinoni envolvía

tu cuerpo solitario, y arcángeles sorprendidos

volaban entre vidrios de colores arrojando ramos de luz?  

 

2

Tan sola, tan frágil, tan dolorosamente abandonada

entre juegos de infancia que repiten y repiten

una misma canción. La que va a morir tiene

grietas en los labios y flores desteñidas arrancadas a su piel.

La que va a morir inventa una sonrisa que cuelga

de su rostro como diciendo Adiós.

 

3

Hace frío y tus manos dibujan una puerta que se abre hacia

un jardín vacío. Yo me iré, decías, sin saber, sin querer.

Abrazada a mi nombre, yo me iré sin saber.

 

4

Ruedan los dados sobre un tapete

Verde. Ruedan las palabras sobre la página en blanco. Ruedan,

ruedan hacia un destino incierto. He aquí la elección: escribir o morir.

Nada tan fácil, nada tan difícil. Y el espejo se rompe y la luz

se desvanece. ¿Alejandra, Alejandra, adónde vas?

Y desde ese silencio

Otra música nace.

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